El gran día por el cual todos nos habíamos juntado en Filipinas se acercaba y tocaba partir otra vez. Teníamos que volar primero a Manila y coger un autobús después para poder llegar a donde nos instalaríamos durante dos noches.
Ya éramos un gran grupo así que había que movilizarse con tiempo para tener margen ante los posibles imprevistos. Pero resultó que el único imprevisto lo sufrió Air Asia y tuvimos que estar esperando en total cerca de ocho horas en el aeropuerto para poder coger un vuelo que duró menos de una hora. Nos lo tomamos con filosofía, que remedio, y matamos el tiempo entre juegos de cartas, lectura y demás. Entre los más jóvenes sobre todo habíamos hecho un bonito grupo así que el tiempo pasó más rápido.
Al llegar finalmente a Manila el autobús nos estaba esperando, al igual que el denso tráfico que sufre la capital filipina. Lo de esta ciudad es inhumano en cuanto a atascos. No he visto algo así en mi vida. Tardamos aquí también algo más de lo previsto pero al menos tuvimos animación gracias al karaoke del autobús y la voz privilegiada de Julen (zzzzuuuu!).
Por fin llegamos y estábamos tan cansados que apenas pudimos apreciar donde nos estábamos alojando, cosa que nos sorprendería muy gratamente el día siguiente.
18 de febrero. Por fin llegó el gran día. Tocaba levantarse pronto, ponerse guapo o hacer lo que se podía, fotos varias, y todos monísimos al autobús otra vez.
La boda tubo lugar en una pequeña, acogedora y bonita iglesia, con un cura realmente gracioso y con toques muy personales que la hicieron única y preciosa. Desde la canción de “Starwars” a la entrada de Mikel al Aurresku que les brindó Julen, por no mencionar el discurso del cura.
Una vez acabada la ceremonia marchamos todos a donde se realizaría el banquete y la fiesta posterior, y el lugar tampoco dejó indiferente a nadie. Una auténtica pasada, con piscinas y demás ¡Buen gusto pareja! Y ahí estábamos todos esperando a la gran pareja cuando aparecieron vestidos de cheerleader y nos brindaron un baile que no dejó culos en las sillas. Un puntazo que sorprendió y nos descojonó a partes iguales. Muy grandes.
Resumiendo, todo fue genial y ni siquiera faltó el jamón ni el patxaran. Los únicos que consiguieron ver los pequeños fallos que ocurrieron durante el día fueron los dos que tanto tiempo habían pasado organizando todo. Disfrutamos muchísimo y fue un día feliz de los que no se olvidan. Gracias por la invitación pareja. Ha sido un auténtico placer poder compartir esto con vosotros. Milesker bihotzez.
Al día siguiente ya nos levantamos más tarde y estuvimos a la mañana tranquilamente en donde nos alojábamos. Un buen sitio para estar tranquilo, con jardín, piscina y demás. Una gozada otra vez.
Ya a medio día cogimos otra vez el autobús, y partimos rumbo a Manila. Por el camino paramos a comer y pudimos ver por fin la isla dentro del lago dentro del volcán dentro del lago dentro del volcán (no es que me repita, jajaja). Muy curioso.
Nos alojamos en un hostel al llegar a la capital y tocó otra vez madrugar para coger otro avión al día siguiente. He cogido más aviones en Filipinas que en todo lo que llevo de viaje. Esta vez fuimos a Puerto Princesa con la intención de ver el Underground River y marchar seguidamente hasta El Nido, donde pasaríamos cuatro noches de relax, fiesta y excursiones.
El Underground River es una cueva en la que entras con un barquito, y a priori una de las atracciones turísticas más grandes de Filipinas. La verdad es que llegamos con bastantes expectativas y quizá por eso nos defraudó. La cueva es curiosa, pero la cantidad de turistas y la sensación de ir en un trenecito siguiendo el mismo recorrido que hacen las barcas que tienes delante y todas las demás que van detrás, hacen que pierdas el interés. A mí lo más curioso me parecieron los monos que había cerca de la entrada, jeje!
Tardamos otras seis horas en llegar a El Nido en furgoneta pero al menos hicimos alguna parada en zonas muy bonitas. La cosa ya tenía buena pinta.
Durante los cinco días que estuvimos en El Nido nos lo pasamos en grande. Hicimos una excursión visitando lagos ocultos, playas preciosas y haciendo snorkel, salimos de fiesta y nos lo pasamos en grande, visitamos la preciosa playa de Nacpan (mi preferida en Filipinas), buceamos (aunque había un montón de medusas pequeñas y me acabaron dando un par de besitos) y también descansamos. Digamos que la gente liberó todo el estrés post boda y fueron unos buenos días.

Lo peor fue que varios cayeron enfermos y estuvieron unos días con fiebre y tal. Cosas que pasan cuando viajas fuera. Que se le va a hacer.
Y aquí fue cuando tocó despedirse de la gente y seguir el viaje con Julen. Roberto nos acompañaría durante unos días más pero el resto volvía a casa, odiándonos un poco pero llevándose parte de nosotros en el camino. Personalmente todo el mes que pasé en Filipinas hasta este momento fue especial. Me lo pasé en grande y me llevé un montón de gente, mucha de mi tierra o cerquita al fin y al cavo, a la que seguro veré otra vez. Me quedo con todos y cada uno de vosotros. Un fuerte abrazo y nos vemos a la vuelta!
Super Post tio! Buffff no se lo digas a Julen, pero creo que me mola más que el walkingkong! Jajajajaj
Una gozada veros a todos por allí y milesker a vosotros por venir, las fotos guapísimas tío! Si tienes tiempo, sube alguna al mega que hemos preparado!
Me encanta como lo montas enhorabuena,gracias por tu simpatia